(Por Diana Tantaleán C.)
El Departamento Pastoral de Movilidad Humana, de la Conferencia Episcopal Peruana, trabaja desde el 2003 en el acompañamiento, orientación y ayuda al migrante. Su actual Secretario Ejecutivo, Marcos Bubniak cs, nos habla sobre cómo ve la presencia del Estado en esta realidad.
¿Cómo se está relacionando el Estado con nuestros migrantes?
Creo que hay interés pero no un trabajo coordinado y serio por parte del Estado. Los peruanos en el extranjero son una realidad muy fuerte, pues las familias se ven afectadas por la ausencia del padre, siendo los hijos criados por la abuela. Hay todo un drama que nos preocupa y que debería también ser una preocupación del Estado, sobre todo este desmembramiento familiar que genera muchas circunstancias desagradables y algunas secuelas, especialmente en los familiares que se quedan.
Otro problema también es la trata de personas, están traficando con seres humanos. Hay ONGs, institutos y fundaciones que trabajan este tema. Nosotros participamos de la Red Peruana de Migraciones y Desarrollo (PEMIDE) que está pendiente de toda la problemática migratoria, pero es un trabajo paralelo, no está en comunión con el Estado. Queremos, como Red, incidir para que el gobierno esté más pendiente de la realidad migratoria del Perú o ver qué tipos de leyes se pueden manejar.
El tema de la trata es muy fuerte, especialmente en la selva donde no existe una frontera, es tierra de nadie; en la Amazonía de Brasil, Colombia y Perú son traficados constantemente menores sin presencia de ninguna institución que pueda revertir esta situación. Esto es muy peligroso.
Hay un interés de instituciones que pertenecen al PEMIDE para ver este tema, pero no hay un trabajo coordinado con el Estado.
¿Qué cree que falta trabajar desde el Estado?
Creo que faltaría una nueva política migratoria; que el Estado verdaderamente pudiera estar al pendiente de casos muy concretos, como el tema de la trata: cómo implementar en los gobiernos locales una política que esté pendiente de la persona que está siendo traficada, en este caso las más vulnerables son las mujeres adolescentes por el tema de la prostitución infantil; quien está en el Gobierno Regional se da cuenta de lo que sucede. Un ejemplo es el caso de los haitianos en Iñapari: quien llamó la atención de todos fue el alcalde, fue él quien estuvo pendiente y vino a Lima para ver qué se podía hacer, así se hizo presente la Defensoría del Pueblo. Pero no se ha hecho nada en políticas migratorias que incidan localmente donde están los problemas más fuertes de migración, como en la frontera norte, la frontera sur y la frontera de la amazonía; y sobre todo en el tema de los peruanos que se encuentran lejos de su patria.
¿Cómo ve el Estado el tema de las remesas?
Para el Gobierno el tema económico es muy importante, piensa en el migrante como potencial; no están al pendiente que detrás de esa remesa hay una familia totalmente desmembrada, con hijos que se quedan y no tienen el cuidado ni el amparo de un padre o una madre, que de repente están al cuidado de un abuelo o de un pariente cercano. Este desmembramiento genera, en el crecimiento de estos niños, adolescentes y jóvenes, algo que les impacta; esta relación se rompe totalmente. No existe un trabajo de sensibilización para ver al migrante no solo como un potencial económico, no hay un trabajo de acompañamiento a estos hijos o familiares; y muchas veces esta realidad genera que se formen familias paralelas.
En Ecuador se trabaja esto de manera diferente, su plan de gobierno tiene todo un proyecto de asistencia, de preocupación por parte del Estado hacia sus compatriotas que están lejos; existe un Ministerio que trabaja todo el tema de imagen y presencia. Esto en el Perú se da muy poco. Cuando nosotros realizamos reuniones sobre migraciones en la frontera norte, el gobierno peruano no está presente, pero sí el ecuatoriano, es impresionante.
El migrante es una persona, específicamente un peruano, que está lejos, luchando por sus derechos; que tiene necesidades o que puede pasar situaciones muy desagradables. Cancillería podría hacer algo más: sumar esfuerzos, acompañar casos, pero normalmente el Estado solo está presente a nivel Consular, de trámites.
¿No existen leyes que vean el tema migratorio?
Existen leyes pero muy desactualizadas. En julio del año pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores convocó una reunión en la que se formó una mesa multisectorial para elaborar una política migratoria adecuada a nuestros tiempos, porque en realidad no existe una política migratoria integral, acorde a los últimos Tratados que el Perú ha firmado. Una sola vez nos hemos reunido.
Hay muy buena voluntad pero queda ahí. Hay mucho discurso, pero nada en la práctica. Ahora vamos a tener cambio de autoridades, y en los planes de gobierno de los candidatos no hay nada referente a la migración.
Publicado en Revista Intercambio Nº 16 (Mayo 2011)
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